Si lo comparamos con el fútbol sería como “entrar a la cancha perdiendo 5 a 0 contra el Barcelona de Messi”. Así es como me refieren sentirse los hombres que me consultan por sus trastornos sexuales.
La persona insegura estará pendiente de sí mismo, intentando a toda costa que sus funciones sexuales le respondan, esta focalización le juega en contra, estará demasiado pendiente de su rendimiento. Esta ansiedad puede tener un impacto significativo en la intimidad, ya que puede generar inseguridad y afectar la capacidad de disfrutar de la actividad sexual.
Problemas versus disfunciones. Los problemas sexuales son más frecuentes que las disfunciones sexuales.
Los primeros suceden sin continuidad, se dan en forma esporádica, aunque provocan angustia y miedo anticipatorio. Un hombre puede perder su erección, no perduran en el tiempo, son ocasionales y pueden ser provocados por factores estresantes. No siempre estamos bien preparados para el contacto sexual y las funciones no responden cómo nos gustaría.
Cuando estamos estresados es posible tener dificultades sexuales, así como también se suman, insomnio, cefaleas, contracturas musculares e infinidad de preocupaciones que ocupan lugar en nuestras mentes.
Las disfunciones en cambio (trastornos en el deseo, disfunción eréctil, eyaculación precoz o retardada, anorgasmia) requieren para su diagnóstico que el síntoma sea persistente, recurrente (aparece en más del 75 % de las veces) y ocasionen sufrimiento, preocupación, angustia.
Las 5 inseguridades sexuales que pueden afectar la intimidad son:
1- Presión para cumplir expectativas: Las personas que experimentan ansias de rendimiento sexual a menudo se sienten presionadas para cumplir con ciertas expectativas en la cama. La presión para actuar de cierta manera puede generar ansiedad y reducir el disfrute del momento íntimo.
2- Autoconciencia excesiva: Las inseguridades sexuales a menudo llevan a una mayor autoconciencia durante el acto sexual. Las personas pueden estar demasiado preocupadas por cómo se ven, cómo suena su voz, o si están haciendo todo "correctamente". Esta autoconciencia excesiva puede distraer de la conexión emocional y física con la pareja.
3- Miedo al rechazo: Las personas con inseguridades sexuales a menudo temen el rechazo o la crítica de su pareja. Este miedo puede interferir con la capacidad de relajarse y disfrutar de la intimidad, ya que la persona puede estar constantemente preocupada por no estar a la altura de las expectativas de su pareja.
4- Dificultad para comunicarse: Las inseguridades sexuales a veces pueden dificultar la comunicación abierta sobre las necesidades y deseos sexuales. La falta de comunicación puede llevar a malentendidos, insatisfacción y disminuir la conexión emocional en la relación.
5- Comparación con estándares irreales: La sociedad a menudo presenta estándares irreales de belleza y rendimiento sexual a través de los medios de comunicación y la cultura popular. Las personas que se sienten inseguras sexualmente pueden compararse negativamente con estos estándares, lo que puede afectar negativamente su autoestima y su capacidad para disfrutar del momento íntimo.
👉 Si te sentís reflejado te esperamos.
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